lunes, 24 de octubre de 2011

A RAS DEL SUELO

     Ayer me desperté con una terrible noticia. En primer lugar quisiera mandar desde este humilde blog mi más sentido pésame a la familia de Marco y a toda la familia del motociclismo.  La muerte de Marco Simoncelli, joven y bravo piloto que había despertado la ira en más de un compañero por su forma de pilotar. Hasta incluso algún degenerado mental llegó a amenazarlo de muerte en España, concretamente en el Gran Premio de Cataluya de este mismo año. Ahora muchos tendrán confirmada su teoría de que conduciendo así, tarde o temprano encontraría la muerte. 
     Creo que algunos tienen la suerte de elegir que quieren ser. No creo que Marco fuese un piloto que corría por dinero, sino más bien porque era su pasión. Ni que estuviese loco, ya que un loco no duraría ni tres vueltas encima de una Moto GP. Un piloto tiene que tener valor, temeridad, mucha fortuna e incluso miedo, he recordar que no son maquinas, son personas de carne y hueso como el resto de los mortales.
     Ayer me conmovio profundamente ver a su familia, a su padre y a su novia que estaba en el box, como podían soportar la perdida de un ser tan querido. Sus compañeros en especial Rossi que tuvo la desgracia de participar en el desafortunado accidente, en palabras suyas "era como mi hermano pequeño", qué tuvo que pasar por la cabeza del campeón cuando se diese cuenta de que a quien había atropellado era su hermano.
     Hoy es portada en todos los periódicos tanto de ámbito nacional como regional, ya sean deportivos o de información general. Al punto que para mi sorpresa, esta mañana, era tema de conversación en la tertulia cafetera de unas señoras de mediana edad, que discutían si debía de haberse soltado de la moto para que la inercia lo hubira escupido para fuera de la pista, en vez de lo que sucedió, que lo atrajo para el centro de ella.
    Nadie sabe lo que pasó por la cabeza de Marco en ese momento. Para mi entender creo que fue su ansia de ganar lo que le llevó a intentar controlar la moto, su instinto ganador fue lo que le condució a su trágico final. Era una buena persona fuera de la pista, como reconocen todos sus compañeros. Pero dentro de ella se tranformaba en un guerrero, en un luchador, nunca mejor dicho, su batalla era superar a cada uno de sus adversarios, no importaba el modo importaba el fin
A ras del suelo no piensas que te va a suceder; piensas en llegar hasta el final; piensas que todavía puedes ganar; piensas en no rendirte jamás. 

domingo, 16 de octubre de 2011

Revolutionibus orbium coelestium

Me sorprendió leer una revista de estas de ciencias, que el término "revolución" tal y como ahora lo conocemos se lo debemos a Copérnico. El título de este comentario alude al trabajo que él presento y que tiraba por tierra todo lo que hasta entonces la gente tenía asumido. Que la tierra era el centro del universo y todos los astros giraban alrededor de ella, que me perdonen los científicos si digo algo que no sea correcto, no es el asunto que me interesa realmente. Resulta que este tal Copérnico, llega un día se levanta y dice: Pues no!! No señores!! la tierra no es el centro de nada!!. La tierra gira alrededor del sol como lo hacen el resto de los planetas. Y de repente nadie lo cree, lo toman por loco, la iglesia casi esta apunto de quemarlo por hereje. En fin, lo que todo el mundo sabe más o menos. Pero tampoco es eso lo que me interesa. 
Resaltaría por encima de todo, a la persona, que no se conformó con lo que le decían, que buscó en la ciencia para comprobar que es lo que en realidad sucedía. Revolucionó el mundo y nunca mejor dicho. Su allazgo sirvió para que la palabla "revolución" signifique cambio radical. Ese cambio que muchos no nos atrevemos a dar, la palabra que no te atreves a decir, la canción que no te atreves a cantar, el día que no te atreves a salir, el beso que no te atreves a dar, el abrazo que no te atreves a dar, el salto que no te atreves a dar. Quizás el día que sí te atrevas comience tu revolución.