domingo, 11 de diciembre de 2011

SUEÑO DE UNA NOCHE DE INVIERNO

    Tenía que ser una noche invierno, no podías marcharte en otro momento. Como el frío traspasa tejidos y telas para hacernos tiritar, encogernos e incluso obligarnos a buscar donde refugiarnos. Así siento que te has ido, enhebrando cada poro de mi piel hasta rozar mi corazón, el mío, y el de tantas personas que te quieren. Abrigándonos en las personas que nos quieren para llenar el vacío que dejas,  el frío que ahora recorre toda mi alma, todo mi ser.
  Mil veces la muerte vino a buscarte y con corazón de hierro la burlaste. Con ese corazón que a todos nos diste en vida, sin pedir nada a cambio. No recuerdo nada malo. Nos reñías cuando hacíamos algo malo. Y ahora somos lo que somos. Es para estar orgullosos. Si te vas es porque ya nada más tienes que ofrecernos aquí. Nos enseñaste a ser buenas personas, a respetarnos, a querernos. Que te puedo pedir! Que no me hayas dado ya. Que te puedo decir! Que no te haya dicho aún: 

Te quiero abuela.


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